Washington ha reivindicado que el opositor Edmundo González Urrutia fue el ganador de las elecciones.
WASHINTON: La rivalidad con Estados Unidos es, según algunos expertos, la principal razón por la cual China se ha apresurado a apoyar y felicitar a Nicolás Maduro por su reelección como presidente de Venezuela tras los comicios del pasado domingo.
Las autoridades electorales venezolanas anunciaron que, con el 80 % escrutado, Maduro se impuso con un 51,2 % de los votos, pero desde entonces no han ofrecido un escrutinio completo, lo que ha suscitado sospechas de fraude por parte de países como EE. UU.
Washington incluso ha reivindicado que el opositor Edmundo González Urrutia fue el ganador de las presidenciales, mientras que Pekín apenas tardó unas horas en felicitar al líder chavista.
El portavoz de la Cancillería china Lin Jian aseguró el lunes que China y Venezuela son «buenos amigos que se apoyan mutuamente» para aseverar un día después que «debe respetarse la elección del pueblo venezolano».
Como colofón, el presidente chino, Xi Jinping, felicitó por carta a Maduro y prometió «apoyar firmemente los esfuerzos de Venezuela para salvaguardar su soberanía y dignidad nacionales».
«Pekín está protegiendo a un aliado político y el principal motivo de este apoyo es la propia rivalidad de China con Estados Unidos, especialmente dada la posición geográfica y lo que representa Venezuela simbólicamente en América Latina por su discurso antiestadounidense», opina el investigador Carlos Eduardo Piña, de la Red Académica sobre China y América Latina y el Caribe, con sede en México.
Piña recuerda que China comenzó tímidamente ese proceso de acercamiento a Venezuela con la llegada del presidente Hugo Chávez, que a su vez trató de profundizar lazos con el gigante asiático mediante la venta de petróleo.
«China otorgaba préstamos que pagaba a cambio de crudo bajo el paraguas de la cooperación sur-sur. Con Maduro, al margen de la interdependencia económica, Pekín pasó a ser un aliado político importante para estabilizar y legitimizar su Gobierno a nivel internacional», continúa.
Relaciones más estrechas
En las elecciones de 2013 y de 2018, China fue de los primeros países en felicitar a Maduro, y en este 2024 «volvió a dar su apoyo pero con un tono más asertivo y directo en comparación con las ocasiones anteriores, cuando pedían que las partes en conflicto dialogaran y se respetaran las instituciones».
«Por su puesto está también la inversión china en algunos pozos petroleros venezolanos, como el último acuerdo con China National Petroleum Corporation (CNPC) para la inversión de 28.000 millones de dólares en un nuevo proyecto en la Faja Petrolífera del Orinoco. Pero, sobre todo, Venezuela mantiene un discurso que le puede ser útil a China en sus disputas internacionales con EE. UU. en varios frentes», apunta el investigador.
De esta manera, Caracas ha apoyado a Pekín en sus posiciones sobre la ley de seguridad de Hong Kong, los presuntos a la población uigur en la región de Xinjiang, en la cuestión de Taiwán o en sus disputas en el mar de China Meridional.
«Maduro visitó China por última vez el año pasado, momento en que se cambió la relación de asociación estratégica integral a asociación estratégica contra viento y marea. Desde entonces, hay una mayor sintonía entre diferentes niveles de gobierno, ciudades y ministerios. China ya venía respaldando incondicionalmente a Maduro hace unos meses incluso cuando se hablaba de que éste podría inhabilitar a todos los candidatos de la oposición», agrega.
La prensa china ataca a EE. UU.
Entretanto, la prensa china critica estos días a EE. UU. por precisamente «aumentar su injerencia en los asuntos de Venezuela, intentando remodelar su estructura política a través de la ideología».
«Si un candidato apoyado por Estados Unidos gana unas elecciones, se considerarán justas y libres. De lo contrario, se las tachará de injustas y carentes de transparencia. Esta táctica es para interferir en los asuntos internos de otras naciones. Washington considera a América Latina su patio trasero, con lo que cualquier fuerza o figura política que vaya en contra de su voluntad se convertirá en un objetivo», acusa el diario estatal Global Times.
El académico chino Li Haidong, citado por el rotativo, señala que «Estados Unidos da por sentado que los países de América Latina no tienen derecho a ser independientes», al tiempo que critica las sanciones de Washington al Gobierno de Maduro «con vistas a exacerbar la inestabilidad política y económica del país».
Sobre el futuro inmediato, Piña no descarta que Maduro visite China en los próximos meses -además, este año se celebra el 50º aniversario de las relaciones diplomáticas entre Venezuela y China-, pero apunta a que «si la coyuntura política venezolana se desestabilizara, Pekín quedaría en una situación muy comprometida».