El cantautor hizo una valiosa reflexión durante la ceremonia de entrega de los Premios Princesa de Asturias.
MADRID:El cantautor español Joan Manuel Serrat, Premio Princesa de Asturias de las Artes 2024, reivindicó la libertad, la justicia y la democracia como «valores que van de la mano o no van» y admitió que no le gusta este «mundo hostil, contaminado e insolidario».
Serrat, que se definió como un «señor mayor tirando a viejo» que durante el camino azaroso de la vida fue encontrando razones para seguir adelante y que «con el impulso de los sueños» ha llegado hasta aquí, lamentó que los valores democráticos y morales hayan sido sustituidos por «la avidez del mercado, donde todo tiene un precio».
El cantautor hizo esta reflexión durante la ceremonia de entrega de los Premios Princesa de Asturias que se celebró este viernes en Oviedo (norte de España), un acto que contó con la presencia de los reyes de España, Felipe VI y Letizia, y sus hijas, la princesa Leonor y la infanta Sofía.
El autor de ‘Mediterráneo‘ reconoció que es una persona «que se siente querida y respetada» al que le gusta su oficio: cantar y escribir canciones, pero que también es un «hombre partidario de la vida» que prefiere «los caminos a las fronteras, la razón a la fuerza y el instinto a la urbanidad».
«Soy un animal social y racional que necesita del hombre mas allá de la tribu», afirmó antes de declararse partidario de la tolerancia, el respecto al derecho ajeno y al diálogo para resolver los asuntos justamente y de mostrar su rechazo a las «atrocidades sin unánimes y contundentes respuestas».
A sus 80 años, con más de 500 canciones y 40 discos a cuestas, reconoció que tampoco se conforma «al ver los sueños varados en la otra orilla del río» y que se pregunta de mala gana, al ver partir a los amigos sin cosechar, «¿cuándo llegará el tiempo de vendimiar los sueños?».
Gracias totales
Tras señalar que quiere «dejar el recuerdo de un buen hombre, justo y agradecido«, Serrat señaló que no espera haber llegado hasta hoy para mostrar gratitud y afecto a quienes le regalaron amistad, compañía y consejo, pero que, por si acaso, sí quiso dar las gracias a sus maestros, compañeros y amigos, a su mujer, a sus padres, hijos y nietos.