SANTO DOMINGO: Después de más de un mes de intensa lucha por su vida, la capitana del Ejército Dominicano Alba María Altagracia Montero Rojas, de 34 años, falleció la mañana de este sábado en la Unidad de Cuidados Intensivos del hospital Ney Arias Lora. Su muerte eleva a 236 el número de víctimas mortales del colapso ocurrido en la discoteca Jet Set, la madrugada del 8 de abril.
Alba no solo era una militar comprometida con su país, también era madre de tres hijos, esposa, hija y hermana. Aquella noche, se encontraba compartiendo en familia en el conocido centro nocturno, sin imaginar que su vida y la de los suyos cambiarían para siempre. Su esposo murió en el lugar del siniestro, junto a otros cuatro familiares cercanos.
Desde su ingreso, el pronóstico fue reservado. Las lesiones que sufrió eran devastadoras: fracturas en la pelvis, columna vertebral y brazos aplastados, según explicó el doctor Julio Landrón, director del hospital. A pesar del esfuerzo médico, que incluyó múltiples cirugías y la transfusión de 17 unidades de sangre, Alba sufrió un sangrado pulmonar masivo seguido de una parada cardiorrespiratoria que no pudo ser revertida.
Durante semanas, su familia mantuvo la esperanza. Se aferraban a cada leve mejoría, creyendo en un milagro, en el regreso de esa mujer fuerte, madre amorosa y militar valiente. Hoy, su pérdida deja un dolor profundo no solo en sus seres queridos, sino también en las filas del Ejército y en toda una comunidad que aún llora las consecuencias del trágico desplome.
“Lamentamos profundamente el fallecimiento de la paciente y agradecemos a todo el personal de salud que luchó incansablemente por su vida”, expresó el doctor Landrón.
Los restos de Alba Montero fueron enviados al Instituto Nacional de Ciencias Forenses (Inacif) para la necropsia correspondiente. Mientras tanto, el país suma una nueva historia de dolor en torno a una tragedia que todavía deja secuelas físicas y emocionales en decenas de familias dominicanas.