BOSTON:El estelar antesalista dominicano Rafael Devers está en el centro de una creciente tensión interna dentro de los Medias Rojas de Boston, luego de mostrar su inconformidad con la posibilidad de ser trasladado desde su rol de bateador designado a la primera base.
El conflicto, que ya se había insinuado desde los campos de entrenamiento en febrero, se agudizó con la lesión del inicialista Triston Casas. La directiva del equipo considera que Devers es la opción más lógica para cubrir la primera base de manera temporal, pero el jugador ha manifestado públicamente su desacuerdo.
La raíz de este impasse se remonta a la sorpresiva contratación del antesalista Alex Bregman por tres años y 120 millones de dólares. En ese momento, Devers expresó su descontento ante la posibilidad de ceder la tercera base, aunque eventualmente aceptó desempeñarse como bateador designado.
Sin embargo, el más reciente pedido de la gerencia —en particular del gerente general Craig Breslow— ha vuelto a encender los ánimos del dominicano, quien llegó a insinuar que hay animadversión personal hacia él por parte del alto mando.
Esta fricción parece haber afectado su rendimiento en el inicio de la temporada, donde tuvo una racha de 16 turnos al bate sin conectar de hit, con 12 ponches incluidos. No obstante, tras adaptarse a su nuevo rol como designado, Devers ha mejorado considerablemente su producción ofensiva.
Actualmente, batea para .255 con seis cuadrangulares, 25 carreras impulsadas, 23 anotadas, un porcentaje de embasarse de .379 y un OPS de .834, cifras que muestran su capacidad de recuperación y adaptación pese a las tensiones internas.
El conflicto entre Devers y la gerencia de Boston revela una grieta interna que podría tener implicaciones a largo plazo para la estabilidad del equipo y el futuro del estelar jugador dominicano.