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Pasaporte de EE.UU. sale del Top 10 mundial por primera vez: las razones detrás de su caída

PorROBBY GABRIEL

Nov 5, 2025

Tras perder acceso sin visa a Brasil, China y otros países, el pasaporte estadounidense cae al puesto 12 del ranking global.

ESTADOS UNIDOS: Por primera vez en 2 décadas, el pasaporte de Estados Unidos ha salido del Top 10 de los más poderosos del mundo.

El Henley Passport Index 2025, elaborado con datos de la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA, por sus siglas en inglés), colocó al documento estadounidense en el puesto número 12, empatado con Malasia, y con acceso sin visa a solo 180 de los 227 destinos globales.

El contraste es notable: en 2014, el pasaporte de EE.UU. ocupaba el primer lugar del ranking, símbolo de su influencia y poder de movilidad global. Hoy, ese liderazgo se ha desvanecido, mientras Asia consolida su dominio.

El nuevo top 10 mundial de pasaportes

El listado más reciente ubica a Singapur en la cima con acceso sin visa a 193 destinos, seguido por Corea del Sur (190) y Japón (189). En el grupo de cabeza también aparecen Alemania, Italia, España, Suiza y otros países europeos, mientras que Reino Unido desciende al octavo lugar, su posición más baja desde que el índice comenzó a publicarse hace 20 años.

En contraste, EE.UU. ocupa el puesto 12, empatado con Malasia, y por debajo de Canadá, Croacia y Emiratos Árabes Unidos.

¿Por qué cayó el pasaporte estadounidense?

El desplome se debe a una serie de ajustes que, aunque parecen menores, han tenido efectos significativos en la movilidad global. Entre los factores más determinantes están:

* Brasil retiró el acceso sin visa a ciudadanos estadounidenses en abril, por falta de reciprocidad.

* China amplió su lista de países exentos de visa, pero excluyó a EE.UU.

* Papúa Nueva Guinea y Myanmar modificaron sus políticas de entrada, afectando el puntaje de EE.UU.

* Somalia lanzó un nuevo sistema de visa electrónica que no incluye a viajeros estadounidenses.

* Vietnam también optó por dejar fuera a EE.UU. de su lista de exenciones.

Estos ajustes provocaron que el país perdiera 2 posiciones en un solo año, cayendo del décimo al duodécimo lugar.

El Dr. Christian H. Kaelin, presidente de Henley & Partners y creador del índice, explicó que “la caída del pasaporte estadounidense no es solo un movimiento en la tabla; refleja un cambio profundo en la dinámica del poder blando y la apertura global. Las naciones que apuestan por la cooperación están avanzando, mientras que las que confían en su prestigio pasado se están quedando atrás”.

EE.UU., cada vez menos abierto

Aunque los estadounidenses pueden entrar sin visa a 180 destinos, el país solo permite el acceso sin visa a ciudadanos de 46 naciones, lo que lo sitúa en el puesto 77 del Henley Openness Index, que mide la apertura de cada país al resto del mundo.

Esta brecha entre “libertad para viajar” y “hospitalidad hacia los demás” es una de las más grandes a nivel global, solo superada por Australia. Y según los analistas, esa falta de reciprocidad ha pasado factura.

“Incluso antes de un segundo mandato de Trump, la política exterior de EE.UU. ya mostraba un giro hacia el aislamiento”, señaló Annie Pforzheimer, investigadora del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales en Washington. “Esa mentalidad más cerrada se está reflejando ahora en la pérdida de influencia del país y en la caída de su pasaporte”.

El efecto Trump y el costo de viajar

Durante la actual administración, Washington ha endurecido los requisitos para viajeros de decenas de países, especialmente de África, Medio Oriente y Asia. Entre las medidas se incluyen:

* Suspensión de visas para 12 naciones y restricciones adicionales para otras 7.

* Fianza obligatoria de entre $5,000 y $15,000 dólares para viajeros de 7 países africanos (reembolsable solo al salir).

* Proyecto para aplicar un “cargo de integridad de visa” de $250 a la mayoría de las solicitudes no inmigrantes.

* Incremento del costo del sistema ESTA, que desde septiembre de 2025 pasó de $21 a $40.

Estos cambios no solo reducen la reciprocidad internacional, sino que encarecen los viajes para millones de personas.

China gana terreno

Mientras EE.UU. pierde fuerza, China ha escalado posiciones a un ritmo sorprendente. En la última década, pasó del puesto 94 al 64 del Henley Passport Index, sumando 37 destinos nuevos sin visa. Además, ha firmado acuerdos con Rusia, varios países del Golfo, Sudamérica y Europa, y solo en el último año ha otorgado acceso sin visa a 30 naciones adicionales.

“Trump ha reavivado tensiones comerciales que restringen la movilidad estadounidense, mientras que China aprovecha su apertura para fortalecer su influencia global”, explicó el Dr. Tim Klatte, socio de Grant Thornton China.

Crece el interés por una segunda ciudadanía

El debilitamiento del pasaporte estadounidense ha impulsado una tendencia que hasta hace pocos años era marginal: la búsqueda de segundas residencias o ciudadanías por inversión.

Según datos de Henley & Partners, los estadounidenses son ahora el grupo más numeroso de solicitantes en este tipo de programas. Las solicitudes en 2025 ya son un 67% superiores a las de todo 2024, año que también había registrado un salto del 60% respecto al anterior.

“Ante la volatilidad política y económica, las familias adineradas buscan diversificar su ciudadanía, como si fuera parte de una estrategia financiera”, explica Dominic Volek, director global de clientes privados de la firma.

El fenómeno, antes reservado a empresarios globales, se está normalizando entre la clase alta estadounidense. El profesor Peter J. Spiro, de la Facultad de Derecho de la Universidad de Temple, lo resume así: “La doble ciudadanía es el nuevo sueño americano”.

Un símbolo en declive

Más allá de los números, la pérdida de poder del pasaporte estadounidense refleja un cambio cultural profundo: el país que alguna vez representó la máxima libertad de movimiento ahora enfrenta restricciones que antes solo afectaban a otros.

Mientras el resto del mundo impulsa acuerdos para abrir fronteras, EE.UU. parece mirar hacia adentro. Y en un mundo donde la movilidad es sinónimo de poder, ese giro podría marcar no solo el destino de su pasaporte, sino también el de su influencia global

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