NUEVA YORK: El tercer partido de la serie de comodín entre los Medias Rojas de Boston y los Yankees de Nueva York, no solo puso al equipo del Bronx en la Serie Divisional, sino que se inscribió en la historia de las Grandes Ligas, por la actuación monticular del lanzador ganador, el novato Cam Schlittler.
Los NY. Yankees ganaron por blanqueada 4-0 a Boston, en el tercer encuentro de la serie, y se citaron con los Azulejos de Toronto para la segunda fase de los playoffs, que inician este sábado 4 de octubre en ambas ligas de MLB.
El novato Schlittler, de 24 años, mantuvo a raya a Boston en 8.0 entradas completas, dejando su ofensiva en cinco hits y le recetó 12 ponches con control absoluto al no conceder transferencias. Connelly Early sufrió el revés.
Para Schlittler apenas fue su decimoquinta apertura en las Grandes Ligas y su primera en postemporada y la historia que escribió fue la de ser el primero que lanza 8.0 entradas en blanco con más de 12 ponches y sin conceder transferencias. De los 107 pitcheos, que jhizo, su mayor cantidad en una salida, 64 de ellos a una velocidad de al menos 98 mph, según los reportes de fuentes.

El tercer juego Boston/Yankees fue histórico, impulsó al conjunto del Bronx a la Serie Divisional en lo que fue récord para el lanzador novato Cam Schlittler. (Fuente externa)
Su gran actuación en el montículo trascendió los límites del estadio y causó intranquilidad en su familia, con todo tipo de insultos por parte de fanáticos de Boston, lo que fue denunciado por el lanzador como acoso familiar.
Resulta que el lanzador es de Walpole, Massachusetts, un suburbio de Boston a 24 kilómetros de la ciudad y estudió en la Universidad Northeastern en Boston y vive en la ciudad durante la temporada baja.
“Esperaba que los aficionados de los Red Sox me molestaran, pero nada tan grave como para inundar a su familia” señaló el lanzador.
Sin embargo, no todo fue malo, ya que el mismo lanzador señala que familiares y amigos que siguen siendo aficionados de los Red Sox, le enviaron mensajes de felicitación”, pero reconoció “que estaban desanimados»