UCRANIA: En medio de una guerra que ya supera los tres años y con ataques rusos que golpean semanalmente a las principales ciudades, la reconocida analista internacional Alina Rohach advirtió que Ucrania “resiste y sigue funcionando, pese al cansancio emocional de su pueblo”.
Desde Kiev, Alina Rohach, gerente del Programa de Cooperación con España y América Latina del Centro de Diálogo Transatlántico, habló en exclusiva para el programa Toda la Verdad, conducido por la periodista Odalis Castillo de Medios Panorama. Desde territorio ucraniano, la analista reveló la cruda realidad que enfrenta Ucrania: una nación que, pese a los constantes bombardeos con drones y misiles rusos, se han mantenido dispuestos a luchar para no colapsar.”
“Ya no estamos viendo grandes avances territoriales como al inicio de la invasión, sino una guerra de desgaste, donde la tecnología, la inteligencia artificial y los ataques cibernéticos juegan un papel clave. Aun así, la sociedad ucraniana mantiene su deseo de vivir con normalidad y esa resistencia se ha convertido en un símbolo de fortaleza nacional”, señaló la experta.
Rohach destacó que, desde mayo de este año, Rusia ha intensificado sus ofensivas nocturnas contra Ucrania, con entre tres y cinco ataques masivos semanales dirigidos a zonas residenciales de ciudades como Kiev, Járkov, Dnipró y Odesa. Sin embargo, subrayó que el país “sigue de pie, trabajando y resistiendo”.
En cuanto al panorama diplomático, advirtió que “no deben existir negociaciones sobre Ucrania sin la presencia de Ucrania” y aseguró que sus socios internacionales “respetan la firme postura del gobierno y del pueblo ucraniano de no permitir acuerdos que comprometan su soberanía”.
Sobre el papel de Estados Unidos y el regreso de Donald Trump a la presidencia, Rohach afirmó que su influencia “es compleja y multidimensional”, y aunque Washington sigue siendo un aliado clave, “la intención de Trump de terminar la guerra rápidamente genera incertidumbre sobre las condiciones reales para Ucrania”.
Respecto al riesgo de una Tercera Guerra Mundial, la analista reconoció que la narrativa es usada como “arma de desinformación por Rusia”, pero advirtió que “si Ucrania cae, Moscú se sentirá impune y abrirá la puerta para que otros regímenes autoritarios busquen expandirse, lo que representaría un precedente peligroso para la estabilidad global”.
Finalmente, envió un mensaje a América Latina, instando a los países de la región a ofrecer “apoyo humanitario y económico, aunque no puedan brindar ayuda militar”, y subrayó que cualquier acuerdo de paz deberá incluir garantías sólidas, la devolución de prisioneros y niños deportados, así como justicia para los crímenes de guerra, “porque sin justicia no puede haber paz duradera”.