El servicio exterior dominicano le cuesta casi mil millones de pesos al Estado anualmente, pese a que muchos de sus funcionarios son cuotas políticas, no los diplomáticos de carrera que manda la ley.
POR: MICHAEL MONEGRO/PRENSALIBRE INDEPENDIENTERD
SANTO DOMINGO:República Dominicana tiene un total de 51 embajadas, 52 consulados, 8 misiones y 11 oficinas del Instituto de Dominicanos y Dominicanas en el Exterior (Index) en todo el mundo, designando para su funcionamiento, hasta abril de este año, a 864 funcionarios, los cuales reciben en total 1,367,435.30 dólares mensuales, es decir, más de 16 millones y medio de dólares al año, unos 984.5 millones de pesos anualmente a la tasa de 60 por 1.
Esos montos incluyen salarios y, para los embajadores, gastos de representación. Los fondos que se asignan por este último concepto no necesariamente van de la mano con el costo de la vida en los países donde son enviados estos diplomáticos. Un ejemplo son los 15 mil dólares mensuales que recibía Juan Bolívar Díaz por gasto de representación, mientras estuvo a cargo de la embajada dominicana de España para un total de US$18,755.73, mensual añadiendo su sueldo neto de 3,755.73 al mes; ahora es embajador en México donde hasta el momento no tiene asignación de gastos de representación ni salarial.
De acuerdo a Numbeo, una base de datos online que mide el costo de vida en diferentes naciones, la Madre Patria se coloca en el puesto 50 entre los países más caros para vivir, sin embargo, otras naciones que tienen un costo más elevado, sus embajadores cobran menos, tal es el caso de Trinidad y Tobago, que ocupa la posición 36, donde el embajador dominicano tiene gastos de representación de 9,200 dólares; Costa Rica (33), con 8,200 dólares; Alemania (23), con 10,600 dólares; Canadá (22), con 5,750 dólares, y Países Bajos (17) con 11,000 dólares, para mencionar solo algunos.
En este índice, República Dominicana se ubica en la posición 88 por encima de países como Ecuador, donde el representante criollo, Luis Kalaff, percibe 12,155.73 dólares mensuales por salario y gastos de representación o también en Perú, donde los ingresos netos del embajador César Herrera ascienden a la misma cantidad, aunque en Marruecos, el representante quisqueyano Julio Justo percibe unos 1,500 dólares menos que los tres casos antes mencionados.

Es cierto, que los embajadores viajan con sus familias, lo que implica pagar escuelas privadas o universidad en algunas ocasiones, marcando una diferencia en la necesidad de ingresos, pero no se nota un estándar establecido al momento de asignar montos. Tal es el caso de Colombia, que tiene un PIB tres veces mayor que el dominicano, pero posee un límite de gastos de representación de 11,300 dólares para sus embajadores, lo que sumado a un salario de 6,490 euros que recibe su embajador en España hace un monto menor del que recibe el nuestro en la misma sede.
República Dominicana es una de las naciones de la región con mayor transparencia en cuanto al presupuesto que destina para el servicio exterior, ya que son pocas las naciones de América Latina que publican de manera íntegra las asignaciones por estos conceptos.
Por ejemplo, el embajador chileno en España tiene como sueldo 16,675 dólares, pero no determina si incluye beneficios marginales. En México, los diplomáticos de mayores ingresos se acercan a 15,500 dólares, percibiendo el de España 9,810 euros, casi lo mismo en dólares por la tasa de cambio, aunque tampoco se define públicamente si tienen asignaciones adicionales.
“Igualito que en la Policía”–
“Hay muchísimos funcionarios que nunca han sido ni secretarios, ni consejeros y de pronto los ves como embajadores o como ministros consejeros. Sigue dependiendo (el ascenso) de la pega y la cuña, uno no puede ser ajeno a esa realidad. Pasa igualito que en la Policía y los estamentos militares”, revela una fuente diplomática que prefirió el anonimato.
En la diplomacia dominicana existen seis rangos, de los cuales en tres de ellos se exige un mínimo de tres años de servicio para ser promovido, estos son tercer, segundo y primer secretario. Luego, el Consejero necesita cuatro años en servicio para ser ascendido a ministro consejero, y este a su vez, precisa de otros cinco años para convertirse en embajador.
No obstante, hasta abril pasado solo 16 de las 51 embajadas dominicanas estaban dirigidas por embajadores de carrera diplomática para un 31.4 por ciento, en franca violación del artículo 66 de la Ley Orgánica del Ministerio de Relaciones Exteriores, que establece un mínimo del 50 por ciento. Peor sucede con los de4más funcionarios de las embajadas, los cuales, de acuerdo a la normativa, deben ser en 2025 al menos de un 55% de carrera diplomática, alcanzando apenas un 15% en la actualidad.
Si bien es cierto que recientemente el MIREX abrió un concurso para incorporar a más personas a la carrera diplomática, no menos cierto es que dentro de la Cancillería existen más embajadores de carrera realizando labores administrativas, cuando muchos otros sin el mérito, ni el rango, representan al país en el exterior.
“Esos números (que establece la ley) nunca se han cumplido en ningún gobierno y, ciertamente, eso causa malestar en la franja de carrera”, nos confiesa la fuente.
Ese descontento puede profundizarse aún más cuando los mejores cargos los obtienen miembros de familias de poder del país o renombrados del partido en el poder como es el caso de Patricia Villegas, viuda del exministro de Medio Ambiente, Orlando Jorge Mera, quien recibía 12,755.73 dólares mensuales en la embajada dominicana en Brasil, previo a ser trasladada a la de Portugal.
Sin embargo, los 18,755.73 que recibía el periodista Juan Bolívar Díaz en Madrid, ahora los recibirá Tony Raful, exministro de Cultura y padre de la ministra de Interior y Policía, luego de ser trasladado desde Italia. Esa misma suma es la que recibe en Estados Unidos Sonia Guzmán, exministra de Industria y Comercio e hija del expresidente Antonio Guzmán.
Tampoco es de carrera María Amelia Marranzini Grullón, hermana del expresidente de la Asociación de Hoteles y Restaurantes (Asonahores), percibiendo mensualmente 11,755.73.
Mientras que Fidel Santana y Víctor Suárez, quienes en un momento fueron opositores del presidente Luis Abinader resultaron ser nombrados como embajadores en Uruguay y en la Santa Sede, respectivamente, aunque este último no había recibido asignación, puesto que su misión inició de manera oficial en marzo. En el caso de Santana percibe 15,255 dólares cada mes.
Contradicción
Desde el primer período del presidente Abinader, el ministro de Relaciones Exteriores, Roberto Álvarez, y el propio mandatario han enfrentado acusaciones de abuso de poder, maltrato e incluso desacato a sentencias de tribunales por el despido de funcionarios alegadamente de carrera y, por consiguiente, protegidos por ley.
No obstante, hasta el momento no ha habido sanciones, por el contrario, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) avaló esa desvinculación en marzo pasado.
“Cuando el gobierno del presidente Danilo Medina iba a salir sometieron una lista enorme de personas y quedaron muchas personas en la carrera diplomática sin tener las cualidades, ni el tiempo para ser de carrera, y mucha de esa gente todavía está en el servicio”, explica nuestra fuente.
Pero en la actual gestión sucede exactamente igual, los nombrados no tienen el tiempo, ni los méritos y muchos no son parte de la carrera, pero aun así son designados. Un ejemplo palpable es el decreto 28-25 de enero pasado, con el que el mandatario designó a 47 nuevos diplomáticos “para renovar la operatividad en la Cancillería y el Servicio Exterior Dominicano”, de los cuales más de la mitad tampoco son de carrera.