SANTO DOMINGO: Las críticas internacionales hacia República Dominicana por las deportaciones de haitianos no paran. Ayer el periódico oficial del Vaticano fue eco del tema bajo el título “Haití, se agrava la crisis humanitaria. Santo Domingo expulsa a mujeres y niños”.
El Gobierno aunque ha hecho pronunciamientos, formales no ha respondido a las críticas, ya que ha expresado que las medidas han sido adoptadas por presiones internas ante el desborde de la inmigración haitiana por la crisis que viven en su país por la violencia de bandas que controlan allí.
Ayer Vatican News recogió las denuncias contra República Dominicana fruto de la aplicación de medidas migratorias para deportar haitianos sin documentos, resaltando de manera particular el drama de las mujeres embarazadas o recién paridas que son expulsadas del país desde los hospitales.
El periódico refiere la posición de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), cuya portavoz Stéphane Dujarric, señaló que las políticas en contra de la migración adoptadas por la República Dominicana empeoran el drama humanitario de la población haitiana, exponiendo a más peligros a mujeres embarazadas y madres con niños pequeños.
Dujarric citó datos recopilados por la Organización Internacional para las Migraciones (OIM): en el último mes, de casi 20,000 haitianos han sido expulsados de Santo Domingo y deportados a Haití. De ellos, casi mil eran mujeres embarazadas o en período de lactancia.
El medio del Vaticano recordó que desde el 21 de abril las autoridades dominicanas están aplicando un protocolo que prevé el arresto y expulsión de extranjeros sin documentación que acuden a hospitales públicos del país.
Indicó que aunque se garantiza la atención médica antes del arresto, “este procedimiento aleja a los haitianos del acceso a los servicios de salud y afecta, especialmente, a las mujeres embarazadas o con recién nacidos”, lo cual es una violación de las normas internacionales de la ONU, que exigen la separación entre los servicios públicos y las autoridades migratorias, para evitar un clima de represión.
Tras considerarlas racistas, Amnistía Internacional también ha criticado las medidas del Gobierno dominicano que a ellos sí ha respondido diciendo que es un país soberano y pidiéndole que trabajen por la paz en Haití.