KOREA DEL SUR: La crisis política en Corea del Sur explotó este viernes con la destitución oficial del presidente Yoon Suk-yeol por parte del Tribunal Constitucional, tras semanas de tensión por su decisión de imponer la ley marcial y usar al ejército para intentar frenar al Parlamento.
Los ocho jueces constitucionales votaron de forma unánime a favor del juicio político, provocando la salida inmediata de Yoon del cargo. El país deberá elegir nuevo presidente en un plazo de 60 días, en medio de un clima de polarización cada vez más intenso entre conservadores y liberales.
Todo comenzó el 3 de diciembre de 2024, cuando Yoon decretó ley marcial y desplegó tropas en el Parlamento, argumentando que la oposición liberal bloqueaba su agenda. La Asamblea Nacional, aun rodeada de militares, logró entrar y anular la ley marcial ese mismo día. Una semana después, aprobó el juicio político.
Yoon fue acusado de violar la Constitución, movilizar tropas contra instituciones civiles, intentar cerrar el Parlamento, y ordenar la detención de opositores. Aunque él lo negó, varios altos mandos militares y policiales declararon que sí hubo un intento deliberado de tomar el control del poder legislativo.

Según la ley surcoreana, la ley marcial solo puede aplicarse en caso de guerra o emergencia nacional grave, algo que claramente no se cumplía.
Yoon aún enfrenta cargos penales por rebelión, un delito que en Corea del Sur puede castigarse con cadena perpetua o pena de muerte. Aunque fue liberado en marzo para enfrentar el juicio en libertad, ya no goza de inmunidad presidencial. Además, los fiscales pueden reabrir otras investigaciones y ordenar su detención nuevamente.
También han sido imputados su ministro de Defensa, el jefe de la Policía y varios generales involucrados en la ejecución de la ley marcial.

El país se prepara para unas elecciones extraordinarias que podrían ser las más tensas desde los años 80. La sociedad está profundamente dividida, y los seguidores de Yoon, muchos de ellos ultraconservadores, ya han protagonizado disturbios frente a los tribunales.
Yoon no podrá ser candidato, pero se espera que intente influir en su partido para imponer un aspirante aliado que lo indulte si es condenado. Eso convierte la elección en algo más que una votación: es una batalla por el futuro político del país y por la libertad del expresidente.

Entre los posibles contendientes destaca Lee Jae-myung, líder del Partido Democrático, que perdió por poco ante Yoon en 2022 y también enfrenta investigaciones legales. Un eventual duelo entre ambos bandos podría intensificar aún más la crisis institucional.
La situación también complica las relaciones con Estados Unidos, donde el presidente Donald Trump ha reactivado su influencia en Asia. Según el profesor Paik Wooyeal, de la Universidad Yonsei, la estrategia diplomática de Trump para la región podría cerrarse antes de que el nuevo gobierno surcoreano asuma el poder, limitando el margen de acción de Seúl en temas como aranceles o defensa militar.